En estos días en que recientes estudios han encontrado nuevos másximos de deforestación en la selva amazónica, vuelve a resurgir con fuerza el tema de sus habitantes.
Mucho se ha escrito y ha difundido sobre las tribus de la selva amazónica, pero aún a día de hoy son unas de las grandes desconocidas de las sociedades civilizadas actuales.
El Amazonas es una selva tan vasta, extensa y desconocida que aún a día de hoy, muchas tribus que la habitan no han sido descubiertas por la civilización.
Siempre he pensado que muchas de estas tribus, sino todas, están condenadas a ser asimiladas por la cultura imperante, y terminarán olvidando su idioma, contrayendo las enfermedades del hombre civilizado, trabajando en precario como mano de obra no cualificada hasta que el sistema educativo que se haga cargo de ellas les dé alguna oportunidad.
La deforestación,la disminución de caudal del río Amazonas, el cambio climático, y las necesidades de las sociedades actuales con el agotamiento de los recursos naturales en general, probablemente aceleren este proceso de integración que aunque sospechado no se ha llegado a materializar a lo largo de los siglos.
Y entre toda la vorágine del planeta, ahí están ellos, los Amondawa.
Esta es una tribu Amazónica que fue descubierta en 1986, en general, permanecen relativamente fieles a su estilo de vida conservando su idioma primigenio aunque muchos de ellos ya han aprendido el portugués e incorporado algunos objetos manufacturados a su estilo de vida diario.
Pero lo más sorprendente de esta tribu y lo que la diferencia de otras tribus conocidas, es que no conciben el concepto de tiempo como tal, según revela un estudio reciente elaborado por las universidades de Portsmouth en el Reino Unido, y la Universidad Federal de Rondonia en Brasil.
En su cuento "El informe de Brodie", el escritor Jose Luis Borges imaginó a la tribu de los Yahoos, una raza primitiva que desconocía el tiempo pero podía recordar eventos del día anterior o anticipar los del día siguiente. En el resto de sus conocimiento, se entremezclaban indistintamente sus vivencias, sus sueños y los relatos de sus semejantes.
Este nuevo estudio muestra que la idea de Borges no era tan descabellada.
El lenguaje Amondawa revela la ausencia del concepto tiempo, pese a que entienden que un evento ocurre en un determinado momento, no asumen que el tiempo fljuye independientemente de los eventos que puedan o no ocurrir.
Para ellos no importa el intervalo empleado en realizar alguna acción sino el fruto que se desprende de esa acción.
Los Amondawa, por tanto, no miden su edad en años, sino que se refieren a los distintos hitos de su vida y las distintas posiciones que van ocupando dentro de la tribu conforme pasa el tiempo y adquieren nuevas responsabilidades.
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